Phoenix, un tributo

lunes, 31 de diciembre de 2018

Resumen del año 2018

Este 2018 se acaba, y es el momento de resumir. Un año de subidas y bajadas, pero con resultados importantes, y que despertó con el rugido de los 27 motores Merlin del potentísimo cohete Falcon Heavy, poniendo en el espacio algo tan incongruente como un vehículo eléctrico. Este es el año de los nuevos asteroides, porque hemos conocido ya de cerca dos de ellos. Desde junio, Hayabusa2 indaga en las proximidades de Ryugu desde distintas altitudes, e incluso soltó varios vehículos a su superficie, obteniendo información de suma importancia. Sin embargo, las condiciones de la superficie de este pequeño asteroide han retrasado la tarea principal de esta sonda: la recogida de muestras, prevista para el año que viene, más o menos a comienzos. Y desde comienzos de diciembre, 
OSIRIS-REx se encuentra alrededor de Bennu, casi un primo pequeño de Ryugu, y puede que también con el mismo problema en cuanto a la recogida de muestras. Hoy ha entrado en su órbita para un examen más concienzudo, y para la recogida de muestras, todavía tardará. Y no nos podemos olvidar de la porra, porque el KBO 2014 MU69, o Ultima Thule, como se le apodó, se nos aclarará entre esta noche y mañana, ahora que New Horizons está en pleno modo de encuentro. En los próximos días tendremos más detalles, pero como ocurrió con Plutón, para tener toda la información recogida tardará bastante tiempo, en total unos 20 meses, debido a la enorme distancia. Visitando Marte, un evento ha marcado toda la actualidad allí: la gran tormenta de polvo global que engulló el planeta en el mes de junio. Un fenómeno que ha sido investigado tanto desde la órbita 
como desde la superficie, pero que ha provocado un gran peaje: Opportunity lleva sin hablarnos desde el pasado 10 de junio, en el sol 5510 de estancia marciana. Nos tememos lo peor, pero sus controladores no se rinden. En el otro extremo del planeta, dos hitos para Curiosity: ser el segundo vehículo más longevo en el suelo marciano, solo detrás de Opportunity, y volver a usar el taladro. Nueva técnica está usando, y ya ha demostrado su efectividad, con cuatro nuevos agujeros abiertos en el fondo del cráter Gale, y otros tres intentos. Ahora es momento de abandonar
el lugar que tanto ha investigado, el llamado Vera Rubin Ridge, para subir más alturas del Aeolis Mons.  Pero también problemas, en este caso informáticos, lo que le han obligado a cambiar de ordenador para seguir sus actividades. Y en la órbita, ExoMars TGO terminó el aerofrenado, para comenzar su tarea primaria, retrasada, eso sí, por la tormenta de polvo, que se terminó prácticamente en septiembre. En cuanto al resto de orbitadores, nada nuevo. Y por supuesto, recordar la llegada del lander InSight, llevando allí algo más de un mes, y con uno de sus instrumentos, el sismómetro, ya en el suelo. Para obtener resultados, toca sentarse y esperar. Y volvemos a la Luna. O así, porque tenemos la misión china Chang’e 4 en órbita, preparándose para alunizar, por primera vez en la historia, en la cara oculta selenita. ¿Cómo hablará con nosotros? Usando los servicios de un satélite de retransmisión de datos llamado Queqiao colocado en mayo en el segundo punto de Lagrange, el L2, a millón y medio de km. de nosotros, camino del espacio profundo. El momento de la verdad será en los próximos días, y todos cruzaremos los dedos. También la India regresará a nuestro satélite, con la misión triple Chandrayaan-2, con orbitador, lander (Vikram) y rover. Pero eso toca en los primeros meses del año que viene. En cuanto a los telescopios se refiere, tras la tormenta provocada el año pasado por el asunto de las ondas gravitacionales, ha estado más tranquilo, y lo que más ha dominado ha sido, cómo no, el tema de los exoplanetas. Este periodo nos ha proporcionado más novedades acerca del 
sistema de TRAPPIST-1, con tres de los siete planetas con altas probabilidades de tener ambientes agradables y agua en superficie. Y también hemos encontrado uno muy cercano, a casi seis años luz, alrededor de la estrella de Barnard, y también potencialmente parecido al nuestro. En esta época los telescopios Hubble y Chandra pasaron por el taller, por problemas en sus giróscopos, pero volvieron pronto a operar sin dificultades. En cuanto a los frentes de la ISS, hemos sido testigos este año de un hecho inaudito: cómo un lanzamiento tripulado era abortado, por un fallo en el lanzador Soyuz. Las medidas de seguridad funcionaron como debían, y la dotación de dos astronautas regresó sana y salva, aunque esto ha obligado a cambiar el orden de los lanzamientos. Poca cosa, al fin. En cuanto a la lista de altas, muchas y muy importantes, como avanzamos ya el año anterior: en ciencia terrestre, los meteorológicos GOES-S (ya GOES 17) y MetOp-C, los científicos 
GRACE-FO, Aeolus, Sentinel-3B, ICESat-2 e Ibuki-2, y los instrumentos GOLD (en un satélite geoestacionario), ECOSTRESS y GEDI en la ISS, este último todavía por instalar, y más allá de la Tierra, además de las mencionadas InSight, Queqiao y Chang’e 4, están las importantísimas BepiColombo a Mercurio, iniciando su peregrinaje de siete años, y Parker Solar Probe, para examinar a Helios como nunca, con resultados iniciales prometedores. Mención aparte merecen unos pequeños grandes aparatos. Las primeras sondas basadas en las tecnologías desarrolladas para los Cubesats han alcanzado el espacio profundo y, viajando por detrás de InSight, alcanzaron y sobrepasaron Marte. Son los MarCO, un par de pequeñajos destinados a retransmitir en “directo” el descenso del nuevo lander marciano, después de una ruta en la que se pusieron a prueba, y 
pasaron la prueba, con nota altísima, abriendo  la puerta a futuras misiones de características similares, como los trece que volarán con el primer lanzamiento del conjunto SLS/Orion, quién sabe si el año que viene. En cuanto a la lista de bajas, escasa, pero dando donde duelo: el veterano satélite medidor de vientos QuickScat, y dos misiones Discovery, casi al mismo tiempo: el glorioso cazador de exoplanetas Kepler, y el formidable explorador asteroidal Dawn, los dos por la misma razón: agotamiento del combustible. Y aunque de la segunda no hay reemplazo, la NASA elevó en abril una nueva misión exoplanetaria. De esta forma TESS recogió el testigo de Kepler en la tarea de buscar nuevos planetas extrasolares, aunque todavía no ha revelado ningún resultado destacable. Pero todo se andará. Además, este año hemos tenido culebrón. Sí, porque ya desde el año pasado, y durante todo este, se ha estado luchando por elevar el satélite ICON pero, chico, no hay manera. Dos intentos, y los dos abortados por lecturas anómalas provenientes del lanzador Pegasus-XL. No preguntéis una fecha de lanzamiento, ni la NASA lo sabe. Y para cerrar el año con buen sabor de boca, la genial noticia de que Voyager 2 también abandonó la heliosfera, camino del espacio interestelar. Maravilloso. Y lo que nos espera para el 2019: las primeras informaciones serias de Parker Solar Probe y New Horizons, la continuación de las misiones de Akatsuki en Venus y Juno en Júpiter, el séquito marciano a lo suyo, a la espera de noticias de Opportunity, más lanzamientos de ciencia terrestre, esperando, de una vez, el de ICON, los retornos chinos e hindúes a la Luna, y por supuesto, los primeros vuelos de las nuevas naves tripuladas de la NASA, esperadas largamente. Será poca cosa la esperada, pero seguro que será interesante. Y estaremos aquí para relatarlo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario