Phoenix, un tributo

domingo, 31 de diciembre de 2017

Ventana al Espacio (CII)


Último retrato global de Saturno, desde Cassini

Resumen del año 2017

Y se acaba el 2017 y toca resumir. Ya lo anticipábamos, y estos 365 días no han sido precisamente los más movidos. Pero hay varias cosas que destacan. Sin duda, el tema de los exoplanetas es el que sigue en boca de todos, con dos novedades de altura: la ampliación del sistema estelar TRAPPIST-1 (que al final son siete planetas) y más tarde el encontrado alrededor de la enana roja tranquila Ross 128, similar a la Tierra en tamaño y densidad, y sí, potencialmente habitable. Y aunque es mucho lo acontecido en la sección telescópica, el verdadero terremoto lo volvió a provocar el asunto de las ondas gravitacionales, con la primera detección de una fuente de luz y radiación previa a la detección de este evento, en el que estuvieron 
involucrados prácticamente todos los telescopios espaciales, en mayor o menor medida, destacando los observatorios de rayos gamma INTEGRAL y Fermi. Y todo provocado por la fusión de dos estrellas de neutrones. Por el sistema solar, relativa tranquilidad. Y aunque parezca mentira, Akatsuki sigue allí, en Venus, trabajando diligentemente, aunque nos hable poco, a veces de forma que no la entendemos. Sin novedad en el frente lunar, con todas las misiones continuando con sus tareas. Y por Marte, dos lugares dominan: Vera Rubin Ridge en el 

cráter Gale y Perseverance Valley en el cráter Endeavour. Y es que los dos rover llevan buena parte del año en estos destinos, investigando todo lo posible. Para Curiosity es un trauma estar allí, un lugar tan prometedor, y no poder usar su taladro, por un problema con el sistema que avanza y retrae todo el conjunto. Se está avanzando en un método para volverlo a utilizar, pero seguimos a la espera. Por su parte, Opportunity ha tenido que lidiar con un 
nuevo inverno, de manera que, al poco de empezar a bajar por Perseverance Valley ha tenido que parar frecuentemente para recargar su batería, como consecuencia de la baja insolación que ha tenido que soportar. Solo queda mejorar. Y en órbita, el decano de todas las misiones marcianas, Mars Odyssey tiene tiempo para aprender nuevos trucos, obteniendo imágenes de Fobos, las primeras que toma desde que llegó al planeta rojo. Del resto, solo cabe mencionar que la misión más reciente, ExoMars TGO, está inmersa en el aerofrenado, zambulléndose en la atmósfera marciana para reducir su órbita. El proceso va progresando excelentemente, y para marzo del año que viene ya estará en la trayectoria definitiva, por lo que su tarea primaria arrancará. La sorpresa del año es sin duda Dawn, porque sigue 
laborando alrededor del gran asteroide Ceres, en un tiempo en el que no solo ha cambiado de altitud orbital, también de plano orbital, pasando de trayectoria polar a otra más ecuatorial. A pesar de perder una tercera rueda de reacción todavía conserva combustible para aguantar parte del año que viene, y usando su inmejorable impulsión iónica, descenderá más cerca de Ceres que nunca, en una trayectoria sumamente elíptica. Ganas. No nos olvidamos de la bella dama del espacio, orbitando diligentemente al hermano mayor del sistema. Si bien lo más inmediato son las imágenes, ya empieza a proporcionarnos algunos resultados tremendos acerca de la atmósfera, las auroras o los cinturones de radiación. Su misión primaria acaba el año que viene, pero aún conserva combustible suficiente como para aguantar más tiempo. Y camino de la porra, New Horizons continúa su implacable trayecto hacia el KBO 2014 MU69, entregándonos más cosas curiosas de Plutón (lo que incluye su mapa con las primeras nomenclaturas oficiales), e investigando por el camino algunos objetos del cinturón de Kuiper. En cuanto al objetivo, varias campañas de ocultación han mostrado que 2014 MU69 puede ser más fascinante de lo que cualquiera podría haber supuesto. Ya lo veremos. Más cerca, tenemos a OSIRIS-REx, que ejecutó su asistencia gravitatoria a nosotros con éxito, y ya está en ruta hacia su destino. Y a pesar de su fin de misión, el proyecto Rosetta sigue (y seguirá) 
proporcionándonos detalles de todo lo que vio, sintió, olisqueó o tocó en el cometa 67P. En cuanto a ciencia terrestre, lo más destacado ha sido sin duda la formación del iceberg A68, separándose de la barrera de hielo antártica Larsen C, seguida desde distintos sensores, tanto ópticos como de radar. Este año también ha sido el de la primera visita de un objeto interestelar por el sistema solar. Tras mucho indagar, hemos averiguado que 1I/2017 U1 ('Oumuamua) es un objeto alargado y muy probablemente rocoso, viajando por el espacio a toda pastilla. hasta que se valla de nuestro vecindario cósmico, hay tiempo para saber más. La lista de altas de este año se centran básicamente en ciencia terrestre: los Sentinel-2B y Sentinel-5P, el meteorológico JPSS-1 (ya NOAA-20), el sensor de irradiación solar destinado a la ISS TSIS-1, y los satélites japoneses Shikisai (para observar nuestro planeta en diversos colores) y Tsubame (dedicado a pruebas tecnológicas y estudios atmosféricos). En cuanto a bajas, varias que por esperadas no dejan de ser dolorosas: las misiones de 
ciencia terrestre Earth Observing-1 (falta de combustible y presupuesto), el tándem gravitatorio GRACE (falta de combustible y avería en la batería), el lidar de nubes y aerosoles en la ISS CATS (avería en los sistemas internos de comandos y energía) y allí fuera, quien ha dominado este año, la poderosa Cassini. Estos últimos ocho meses y medio no han sido tiempo desperdiciado, y la entrada en el rincón entre los anillos y el propio Saturno ha sido como un viaje de descubrimiento totalmente nuevo. 20 años en el espacio, algo más de 13 en órbita de Saturno, y un montón de resultados formidables, y lo que queda todavía por descubrir en su gigantesca base de datos. Y año de aniversarios ha sido este. El más simbólico es el de los 60 años del lanzamiento del Sputnik 1 (y con él, de la era espacial), pero el más especial es el del 40 aniversario del despegue de las míticas sondas Voyager, dos vehículos increíbles que, a pesar de todo el tiempo pasado, siguen proporcionando ciencia. Y se nos olvidaba mencionar que el formidable programa Discovery ha seleccionado sus dos nuevos proyectos, ambos a los asteroides: Lucy 
hacia los troyanos y Psyche al asteroide del mismo nombre. Estamos a las puertas de un año largamente esperado e increíble, y aunque dos misiones han caído de la lista de las que debían iniciarse, esto es todo lo que nos espera para el 2018: lanzamientos a montones, con misiones de ciencia terrestre (el explorador de alta atmósfera ICON, el nuevo tándem gravitatorio GRACE-FO, el nuevo miembro Copernicus, Sentinel-3B, el explorador de vientos ADM-Aeolus), la misión doble a Mercurio ESA-JAXA BepiColombo, la arriesgada misión solar Parker Solar Probe, el retrasado lander marciano InSight, las misiones selenitas Chandrayaan-2 de la India y las sondas chinas del proyecto Chang’e 4 y los telescopios exoplanetarios TESS y CHEOPS, además de las llegadas a sus destinos de las sondas asteroidales Hayabusa2 a Ryugu y OSIRIS-REx a Bennu. Un año que se hará corto, y con esto y con lo que nos depare, estaremos aquí para relatarlo.