Ha pasado poco tiempo desde la retirada de los transbordadores, y ya han aparecido las debilidades inherentes a su fin. Ayer desde Baikonur se lanzó un vehículo de carga Progress hacia la estación, con casi tres toneladas de carga para el complejo y su tripulación. Por desgracia, un fallo en la tercera fase del cohete Soyuz que lo lanzaba ha fallado por causas desconocidas, y al final ha caido en un páramo deshabitado en Siberia. Es el segundo lanzamiento fallido de un cohete ruso en poco tiempo, ya que hace unos días la tercera fase de un cohete Proton no colocó en la órbita deseada un satélite de comunicaciones. Este fallo deja en mala situación a la estación, cuya tripulación, de seis integrantes, ya no cuenta con la ingente carga que los transbordadores dejaban en cada visita. La suerte es que la última visita de una lanzadera, en el mes de julio, dejó suficientes provisiones para un tiempo.
Actualmente, hay tres vehículos que aprovisionan a la estación. El de más cadencia de lanzamientos es la Progress rusa. Derivada de la cápsula tripulada Soyuz, es un vehículo de navegación autónoma con un diseño muy similar a su hermana para astronautas. Tiene un compartimento presurizado para carga para la tripulación, depósitos de agua y oxígeno, y tanques de combustible para transferirlo a la estación. Posee un motor para sus maniobras y con él es capaz de elevar la órbita de la estación para evitar el rozamiento con la atmósfera y su final pérdida. Lleva lanzándose desde la época de las estaciones soviéticas Salyut, sin fallos, y posee un efectivo sistema de aproximación y acoplamiento automático. Desde luego, es un vehículo que proporciona un valiosísimo servicio, y sin él, la estancia permanente en el espacio sería imposible.
Con la creación de la ISS, la ESA creó el ATV, es decir, vehículo de transferencia automática. Este es un vehículo tremendamente capaz, también con navegación autónoma, y con el mismo sistema de acoplamiento que las Progress y Soyuz. Puede transportar más de 7 toneladas de carga de una sola vez, siendo el único vehículo en servicio que tiene esas capacidades. Está compuesto por dos cilindros. Uno es el de carga, llamado transportador integrado de carga, con la sección de carga, de una capacidad de 48 metros cúbicos, y con una sección de fluídos, ya sea combustible, agua, oxígeno o cualquier
otro que sea necesario. La segunda sección es el módulo de servicio, con los motores, paneles solares y sistemas de guiado. En conjunto mide 10.7 metros de largo, 4.5 de diámetro, y la envergadura con los paneles solares extendidos es de 22.3 metros. También es capaz de elevar la órbita de la ISS y transferirle combustible. Sus dos primeros vuelos duraron unos seis meses, y durante el tiempo que estuvieron acoplados sirvieron además de dormitorios, gracias a su enorme capacidad. Su cadencia de lanzamiento es de uno al año, dentro del Ariane 5 ES.
otro que sea necesario. La segunda sección es el módulo de servicio, con los motores, paneles solares y sistemas de guiado. En conjunto mide 10.7 metros de largo, 4.5 de diámetro, y la envergadura con los paneles solares extendidos es de 22.3 metros. También es capaz de elevar la órbita de la ISS y transferirle combustible. Sus dos primeros vuelos duraron unos seis meses, y durante el tiempo que estuvieron acoplados sirvieron además de dormitorios, gracias a su enorme capacidad. Su cadencia de lanzamiento es de uno al año, dentro del Ariane 5 ES.
El otro vehículo de carga que llega a la estación es el HTV japonés. Junto con el módulo científico Kibo, Japón colabora enviando este curioso vehículo. Es lanzado mediante un cohete H-II, cuenta con un sistema de navegación avanzado, aunque para acoplarse a la estación necesita ser capturado por el brazo robot de la estación y llevado al muelle deseado, preferíblemente el puerto inferior del módulo Harmony. A diferencia de los anteriores explicados, el HTV cuenta con tres secciones. El primero es un módulo de carga presurizado, desde el cual se acopla a la estación. Posee una capacidad de carga de unas 5 toneladas, y almacena toda clase de cosas para la tripulación. La segunda
sección también es de carga, en este caso no está presurizada. Se accede a esta parte mediante el brazo robot de la estación, y está dedicada para cualquier cosa que se vaya a instalar en el exterior de la estación, ya sean experimentos, depósitos, lo que sea. Puede almacenar hasta 1500 kg. Y finalmente está la sección de servicio, similar a la del ATV, con módulo de propulsión, sistemas de navegación, y las baterías. Las células solares están colocadas por todo el casco del vehículo, proporcionando suficiente energía. Mide 10.5 metros de largo y 4.4 de diámetro, y es capaz de aguantar acoplado a la ISS un mes máximo. Al igual que el ATV, despega una vez al año.
Quizás exageramos. La situación no es como para que tengan que abandonar la ISS. Pero con la reciente noticia de que los lanzamientos de ese tipo de cohetes Soyuz han sido suspendidos hasta nueva orden, no se sabe cuándo se podrá lanzar otra Progress. La próxima cápsula de carga de este tipo tenía previsto enviarse el mes de octubre. En cuanto a los ATV y HTV, sus lanzamientos se esperan para los primeros meses del año que viene. El ATV-3 Edoardo Amaldi está camino de Kourou, y su despegue puede ocurrir en febrero del 2012. Es de suponer que el siguiente HTV también se lance en esos días. Lo grave es que la Progress perdida llevaba no solo provisiones para la actual tripulación, sino que también portaba los efectos personales de los siguientes inquilinos, que despegarán en septiembre. Una posible solución puede llegar, insólitamente, por parte americana. Ya contamos hace tiempo la nueva estrategia por parte de la NASA, de recurrir a la iniciativa privada para elevar a sus astronautas. Sin embargo, el programa más avanzado de momento solo es capaz, de momento de transportar carga. Se trata del Dragon de SpaceX. A finales de noviembre tiene previsto realizar el que será su segundo vuelo de prueba, en el que tiene previsto acercarse a la ISS para probar su sistema de navegación, y luego regresar a la Tierra, mientras que en el tercero, el año que viene, además de ser de prueba también se acoplaría a la estación y aprovisionaría a los astronautas que allí estén. Si las Progress no despegan, es posible que las Dragon tengan que adelantar su programa de pruebas y llevar carga para la ISS, siendo capaz de transportar una cantidad similar a la de las Progress, aunque son incapaces de elevar la órbita de la estación.
En resumen, la situación no es grave, pero no es la ideal. Para nada.
sección también es de carga, en este caso no está presurizada. Se accede a esta parte mediante el brazo robot de la estación, y está dedicada para cualquier cosa que se vaya a instalar en el exterior de la estación, ya sean experimentos, depósitos, lo que sea. Puede almacenar hasta 1500 kg. Y finalmente está la sección de servicio, similar a la del ATV, con módulo de propulsión, sistemas de navegación, y las baterías. Las células solares están colocadas por todo el casco del vehículo, proporcionando suficiente energía. Mide 10.5 metros de largo y 4.4 de diámetro, y es capaz de aguantar acoplado a la ISS un mes máximo. Al igual que el ATV, despega una vez al año.
Quizás exageramos. La situación no es como para que tengan que abandonar la ISS. Pero con la reciente noticia de que los lanzamientos de ese tipo de cohetes Soyuz han sido suspendidos hasta nueva orden, no se sabe cuándo se podrá lanzar otra Progress. La próxima cápsula de carga de este tipo tenía previsto enviarse el mes de octubre. En cuanto a los ATV y HTV, sus lanzamientos se esperan para los primeros meses del año que viene. El ATV-3 Edoardo Amaldi está camino de Kourou, y su despegue puede ocurrir en febrero del 2012. Es de suponer que el siguiente HTV también se lance en esos días. Lo grave es que la Progress perdida llevaba no solo provisiones para la actual tripulación, sino que también portaba los efectos personales de los siguientes inquilinos, que despegarán en septiembre. Una posible solución puede llegar, insólitamente, por parte americana. Ya contamos hace tiempo la nueva estrategia por parte de la NASA, de recurrir a la iniciativa privada para elevar a sus astronautas. Sin embargo, el programa más avanzado de momento solo es capaz, de momento de transportar carga. Se trata del Dragon de SpaceX. A finales de noviembre tiene previsto realizar el que será su segundo vuelo de prueba, en el que tiene previsto acercarse a la ISS para probar su sistema de navegación, y luego regresar a la Tierra, mientras que en el tercero, el año que viene, además de ser de prueba también se acoplaría a la estación y aprovisionaría a los astronautas que allí estén. Si las Progress no despegan, es posible que las Dragon tengan que adelantar su programa de pruebas y llevar carga para la ISS, siendo capaz de transportar una cantidad similar a la de las Progress, aunque son incapaces de elevar la órbita de la estación.
En resumen, la situación no es grave, pero no es la ideal. Para nada.
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