Phoenix, un tributo

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Resumen del año 2014

Se acaba el año y toca resumir. Este 2014 será siempre recordado por un hecho histórico, bueno, dos: la primera vez que una sonda espacial ha entrado en órbita de un cometa, y la primera vez que una sonda se ha posado sobre un cometa. Por supuesto, nos referimos a la misión europea Rosetta y su lander Philae. Todo dependía de que el orbitador despertara el 20 de enero, y lo hizo, con algo de
suspense. Después de diversos meses volviendo a su estado plenamente operacional, comenzó a maniobrar para alcanzar su objetivo, el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko hasta que, al fin el 6 de agosto, llegó. Si bien esto era importante, crucial fue seleccionar un lugar para que Philae aterrizara. Tras escogerlo, el pequeño lander fue soltado el 12 de noviembre para un descenso a ciegas de 7 horas. Después de dos problemas técnicos con sus sistemas de aterrizaje y anclaje, y después de tres aterrizajes, se convirtió en el primer objeto artificial en posarse sobre una superficie cometaria. Por desgracia, tras 64 horas, la batería se agotó, pero al menos pudo transmitirnos información e imágenes del entorno que le rodeaba. Un triunfo tras muchas horas de angustia. Por otra parte, en Marte no hemos tenido demasiado movimiento hasta la llegada de las dos misiones lanzadas a finales del año pasado. Ahora mismo son siete las que operan en el planeta rojo, tras recibir el 22 de septiembre a MAVEN y el 24 del mismo mes a MOM. Pero las casualidades cósmicas a veces deparan sorpresas, y el 19 de octubre 
un cometa de la nube de Oort, el C/2013 A1 (Siding Spring), se aproximó a 139.000 km. de Marte, y todos obtuvieron resultados fascinantes. Por supuesto, todos los vehículos han estado cumpliendo sus tareas, y sin duda lo más importante se ha hecho de rogar. Ha llegado desde Curiosity, y nada menos que lo que fue a buscar. El lugar en el que amartizó, el cráter Gale, en tiempos pretéritos hubo masas sostenidas de agua que crearon el pico central, el Aeolis Mons. Sin embargo, el camino hasta llegar a donde está ha sido dramático, ya que un terreno excesivamente pedregoso provocó daños muy graves a las ruedas, lo que ha llevado a cambiar el plan de viaje, y a empezar antes de lo que pensaban la exploración del pico central. Y en la otra punta del planeta, 
Opportunity, incansable, continúa recorriendo el cráter Endeavour, aunque ha sido noticia más por los problemas de su memoria flash (que todavía se mantienen) que por resultados. Eso no le ha detenido, y si todo va bien, el año que viene alcanzará otro lugar prometedor del borde del cráter: el llamado Marathon Valley, con abundante mineral arcilloso que sin duda Opportunity investigará. Sin olvidarnos de Saturno, por supuesto. Un año más de Cassini por el señor de los anillos (y han hecho 10) ha dejado también poca cosa, pero curiosa, y relacionada con la región de los grandes lagos de Titán. Es algo que parece aparecer y desaparecer, y que la gente de la misión llama “Isla Mágica”. Pensado inicialmente como un problema del sistema de radar de imágenes, que fuera visto también por su espectrómetro de infrarrojos no dejaba lugar a la duda de que esa formación localizada dentro de uno de los lagos del polo norte del satélite es real, aunque no saben por qué tiene ese comportamiento. Otra nueva desde 
allá proviene de Encélado, con la constatación de la casi confirmada existencia de una reserva de agua líquida bajo su helada superficie, y que los géiseres que la expulsan a alta presión y velocidad son 101. Y sobre telescopios, muchas cosas: desde la supernova en la galaxia M82 (SN 2014J) observada por todos los observatorios espaciales existentes, más exoplanetas, incluyendo el más próximo a la Tierra en tamaño y masa (Kepler-186f), descubrimientos de las 

enanas marrones más cercanas a nosotros (a apenas 7.2 años luz, casi nada), cálculos de cúmulos galácticos sumamente pesados, el inicio de la misión del estupendo cartógrafo estelar Gaia y un renacimiento, el del cazador de exoplanetas Kepler, con su misión K2, no solo encargada de detectar nuevos exoplanetas (que lo ha hecho), también todo lo que se ponga por delante de su plano focal. Todo un triunfo de la imaginación. Sobre la ciencia terrestre, de momento sin novedad decente en el frente, ya que hay menos hielo en los polos, la contaminación sigue (aunque ha disminuido en algunas zonas notablemente, en otras aumenta) y todas esas cosas. Por ahí arriba también ha habido cosas interesantes. Dawn sigue acercándose a Ceres, a donde llegará en tres meses, New Horizons sigue sin problemas hacia el sistema de Plutón, Juno mantiene paso firme hacia Júpiter, y MESSENGER, en los últimos meses de su extraordinaria tarea acercándose más que nunca a la superficie de Mercurio. En la ISS, mientras que por la órbita no ha habido excesivos
problemas, el programa de misiones de abastecimiento comercial CRS recibió su primer golpe cuando el lanzador Antares falló en poner la última nave Cygnus en órbita con suministros para el complejo. A pesar de este explosivo fallo, el retraso ha sido menor, y los planes para volver a volar parecen sólidos. En cuanto a la lista de altas de este año, es numerosa, sobre todo en cuanto a ciencia terrestre: GPM Core en febrero, Sentinel-1A en abril, Daichi-2 en mayo, los satélites de observación español Deimos-2 y francés SPOT 7 en junio, el esperadísimo OCO-2 en julio, el sistema detector de
vientos ISS-RapidScat en septiembre, la misión china de prueba Chang’e 5 T1 en octubre y las sondas espaciales Hayabusa-2 y PROCYON japonesas en diciembre. Sobre la lista de bajas, pequeña. Por un lado, el pequeño medidor de energía solar AcrimSat (realmente se perdió a finales del año pasado, por una posible avería de la batería), el explorador lunar de la NASA LADEE (por acabar su combustible), la posible pérdida del averiado rover lunar chino Yutu (por sucumbir a los cambios de temperatura lunares), y la que duele de verdad, la tímida pero resultona Venus Express, la única sonda que teníamos al calor de la diosa, por agotamiento del combustible. No cabe duda que la echaremos de menos. Y por aquí han acaecido otras cosas interesantes, aunque sin duda lo más importante es el exitoso primer vuelo de la nueva nave tripulable MPCV-Orion que, en esta ocasión, en la punta de un Delta-4H, ejecutó su misión de prueba sin problemas. Y todo lo que nos espera para el 2015: Más Cassini por el muro de las rarezas, el séquito marciano a toda máquina, Rosetta con su misión de escolta cometaria (y quién sabe si el renacer de Philae), el fin de misión de MESSENGER, la puesta en órbita de nuevas misiones al planeta Tierra (como SMAP, DSCOVR, el instrumento CATS a la ISS, el cuarteto MMS, los Sentinel-2A y 3A), y la que será la salsa del próximo año: las llegadas, en marzo, de Dawn al asteroide Ceres, y en julio, el sobrevuelo de New Horizons al sistema de Plutón. Mucho promete, y trataremos de estar aquí para relatarlo.

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