Y se acaba el 2017 y toca resumir. Ya lo anticipábamos, y estos 365
días no han sido precisamente los más movidos. Pero hay varias cosas que
destacan. Sin duda, el tema de los exoplanetas es el que sigue en boca de
todos, con dos novedades de altura: la ampliación del sistema estelar TRAPPIST-1
(que al final son siete planetas) y más tarde el encontrado alrededor de la
enana roja tranquila Ross 128, similar a la Tierra en tamaño y densidad, y sí, potencialmente
habitable. Y aunque es mucho lo acontecido en la sección telescópica, el
verdadero terremoto lo volvió a provocar el asunto de las ondas
gravitacionales, con la primera detección de una fuente de luz y radiación
previa a la detección de este evento, en el que estuvieron
involucrados
prácticamente todos los telescopios espaciales, en mayor o menor medida,
destacando los observatorios de rayos gamma INTEGRAL
y Fermi. Y todo provocado por la
fusión de dos estrellas de neutrones. Por el sistema solar, relativa
tranquilidad. Y aunque parezca mentira, Akatsuki
sigue allí, en Venus, trabajando diligentemente, aunque nos hable poco, a veces
de forma que no la entendemos. Sin novedad en el frente lunar, con todas las
misiones continuando con sus tareas. Y por Marte, dos lugares dominan: Vera
Rubin Ridge en el
cráter Gale y Perseverance Valley en el cráter Endeavour. Y es
que los dos rover llevan buena parte del año en estos destinos, investigando
todo lo posible. Para Curiosity es un
trauma estar allí, un lugar tan prometedor, y no poder usar su taladro, por un
problema con el sistema que avanza y retrae todo el conjunto. Se está avanzando
en un método para volverlo a utilizar, pero seguimos a la espera. Por su parte,
Opportunity ha tenido que lidiar con
un
nuevo inverno, de manera que, al poco de empezar a bajar por Perseverance
Valley ha tenido que parar frecuentemente para recargar su batería, como
consecuencia de la baja insolación que ha tenido que soportar. Solo queda
mejorar. Y en órbita, el decano de todas las misiones marcianas, Mars Odyssey tiene tiempo para aprender
nuevos trucos, obteniendo imágenes de Fobos, las primeras que toma desde que
llegó al planeta rojo. Del resto, solo cabe mencionar que la misión más
reciente, ExoMars TGO, está inmersa
en el aerofrenado, zambulléndose en la atmósfera marciana para reducir su
órbita. El proceso va progresando excelentemente, y para marzo del año que
viene ya estará en la trayectoria definitiva, por lo que su tarea primaria
arrancará. La sorpresa del año es sin duda Dawn,
porque sigue
laborando alrededor del gran asteroide Ceres, en un tiempo en el
que no solo ha cambiado de altitud orbital, también de plano orbital, pasando
de trayectoria polar a otra más ecuatorial. A pesar de perder una tercera rueda
de reacción todavía conserva combustible para aguantar parte del año que viene,
y usando su inmejorable impulsión iónica, descenderá más cerca de Ceres que
nunca, en una trayectoria sumamente elíptica. Ganas. No nos olvidamos de la
bella dama del espacio, orbitando diligentemente al hermano mayor del sistema. Si
bien lo más inmediato son las imágenes, ya empieza a proporcionarnos algunos
resultados tremendos acerca de la atmósfera, las auroras o los cinturones de
radiación. Su misión primaria acaba el año que viene, pero aún conserva
combustible suficiente como para aguantar más tiempo. Y camino de la porra, New Horizons continúa su implacable
trayecto hacia el KBO 2014 MU69, entregándonos más cosas curiosas de Plutón (lo
que incluye su mapa con las primeras nomenclaturas oficiales), e investigando
por el camino algunos objetos del cinturón de Kuiper. En cuanto al objetivo,
varias campañas de ocultación han mostrado que 2014 MU69 puede ser más
fascinante de lo que cualquiera podría haber supuesto. Ya lo veremos. Más cerca,
tenemos a OSIRIS-REx, que ejecutó su
asistencia gravitatoria a nosotros con éxito, y ya está en ruta hacia su
destino. Y a pesar de su fin de misión, el proyecto Rosetta sigue (y seguirá)
proporcionándonos detalles de todo lo que
vio, sintió, olisqueó o tocó en el cometa 67P. En cuanto a ciencia terrestre,
lo más destacado ha sido sin duda la formación del iceberg A68, separándose de
la barrera de hielo antártica Larsen C, seguida desde distintos sensores, tanto
ópticos como de radar. Este año también ha sido el de la primera visita de un objeto interestelar por el sistema solar. Tras mucho indagar, hemos averiguado que 1I/2017 U1 ('Oumuamua) es un objeto alargado y muy probablemente rocoso, viajando por el espacio a toda pastilla. hasta que se valla de nuestro vecindario cósmico, hay tiempo para saber más. La lista de altas de este año se centran básicamente en
ciencia terrestre: los Sentinel-2B y Sentinel-5P, el meteorológico JPSS-1 (ya NOAA-20), el sensor de irradiación solar destinado a la ISS TSIS-1,
y los satélites japoneses Shikisai (para
observar nuestro planeta en diversos colores) y Tsubame (dedicado a pruebas tecnológicas y estudios atmosféricos). En
cuanto a bajas, varias que por esperadas no dejan de ser dolorosas: las
misiones de
ciencia terrestre Earth
Observing-1 (falta de combustible y presupuesto), el tándem gravitatorio GRACE (falta de combustible y avería en
la batería), el lidar de nubes y aerosoles en la ISS CATS (avería en los
sistemas internos de comandos y energía) y allí fuera, quien ha dominado este
año, la poderosa Cassini. Estos últimos
ocho meses y medio no han sido tiempo desperdiciado, y la entrada en el rincón
entre los anillos y el propio Saturno ha sido como un viaje de descubrimiento
totalmente nuevo. 20 años en el espacio, algo más de 13 en órbita de Saturno, y
un montón de resultados formidables, y lo que queda todavía por descubrir en su
gigantesca base de datos. Y año de aniversarios ha sido este. El más simbólico
es el de los 60 años del lanzamiento del Sputnik
1 (y con él, de la era espacial), pero el más especial es el del 40
aniversario del despegue de las míticas sondas Voyager, dos vehículos increíbles que, a pesar de todo el tiempo
pasado, siguen proporcionando ciencia. Y se nos olvidaba mencionar que el
formidable programa Discovery ha seleccionado sus dos nuevos proyectos, ambos a
los asteroides: Lucy
hacia los
troyanos y Psyche al asteroide del
mismo nombre. Estamos a las puertas de un año largamente esperado e increíble,
y aunque dos misiones han caído de la lista de las que debían iniciarse, esto
es todo lo que nos espera para el 2018: lanzamientos a montones, con misiones
de ciencia terrestre (el explorador de alta atmósfera ICON, el nuevo tándem gravitatorio GRACE-FO, el nuevo miembro Copernicus, Sentinel-3B, el explorador de vientos ADM-Aeolus), la misión doble a Mercurio ESA-JAXA BepiColombo, la arriesgada misión solar Parker Solar Probe, el retrasado lander
marciano InSight, las misiones
selenitas Chandrayaan-2 de la India y
las sondas chinas del proyecto Chang’e 4
y los telescopios exoplanetarios TESS
y CHEOPS, además de las llegadas a
sus destinos de las sondas asteroidales Hayabusa2
a Ryugu y OSIRIS-REx a Bennu. Un año
que se hará corto, y con esto y con lo que nos depare, estaremos aquí para
relatarlo.
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