Es la luna número 22 de Saturno en orden de distancia, la segunda por tamaño, del sistema solar, y única en cuanto a geografía y atmósfera. El satélite gigante del señor de los anillos ha sido y será un lugar para soñar, en el que se han ubicado numerosas novelas de ciencia-ficción. Pero pese a que mucho se ha teorizado, hasta la llegada del tándem Cassini-Huygens el 30 de junio del 2004 a la órbita de Saturno, no hemos empezado a saber cosas a ciencia cierta.
El 25 de marzo de 1655 Christiaan Huygens fue el primero que lo observó, y desde los satelites galileanos de Júpiter, era el primero que se encontraba. La siguiente pincelada nos la dio en 1908 Josep Comas i Solà, al teorizar que allí había una atmósfera considerable, algo que confirmó Gerard Kuiper en 1944 (a menudo se dice que fue Kuiper quien lo descubrió, eso importa poco). En la era de las sondas espaciales fueron tres sondas las que se acercaron antes de la importantísima misión actual.
Pioneer 11, lanzada en 1973, alcanzó Júpiter en diciembre de 1974, y aprovechando el tirón gravitatorio del planeta, se puso en ruta hacia Saturno, a donde llegó el 1 de septiembre de 1979, pasando a 21.000 km. de la capa de nubes ecuatorial del planeta. Además de adquirir imágenes de Saturno y de sus anillos, consiguió las primeras tomas de Titán, además de transmitirnos los primeros datos de temperatura del satélite, declarándola poco apta para la vida debido a su bajísimo registro (-180º C). Al año siguiente, el 12 de noviembre Voyager 1 pasó por Saturno, y sobrepasó Titán a una altura de unos 10.000 km. del satélite. Con gran chasco para sus controladores, las cámaras de la sonda solo pudieron contemplar un objeto frío, cubierto totalmente por una gruesa capa de nubes anaranjadas. Desde ahí la sonda se desvió hacia el espacio profundo. Voyager 2 alcanzó Saturno el 26 de agosto de 1981, y esta vez se decidió, debido a la decepción de un año antes, pasar olímpicamente de Titán para así aprovechar la asistencia gravitatoria del planeta para lanzarse hacia los otros gigantes de gas. Aún así obtuvo nuevas postales, desde varios millones de kilómetros, definiendo algo mejor las bandas de nubes que pueblan el satélite. Hasta la llegada de la Cassini, tuvimos que conformarnos con soñar.
Tras un periplo de 7 años, el tándem Cassini-Huygens entró en órbita de Saturno, y dos días después, el 2 de julio de ese año, pasó a 328.000 km. de Titán. Utilizando la visión infrarroja de las cámaras de Cassini obtuvimos las primeras vistas de la superficie del satélite gigante. Sin embargo, al igual que en Venus, la única forma de ver claramente la superficie de Titán (aparte de hacer bajar una sonda con cámaras) es usar un radar. Cassini está equipada con una antena principal dotada de radar, o SAR (radar de apertura sintética), capaz de transformar las ondas de radio que refleja la superficie en una imagen clara. Natularmente este es el instrumento clave de la misión.
El primer sobrevuelo oficial (TA) ocurrió el 24 de octubre del 2004, y fue el primero en el que se usó el SAR, y observó pocos terrenos altos, estructuras peculiares y formaciones circulares no calificables como cráteres. Otro momento importante fue el descenso de Huygens, que se realizó el 13 de enero del 2005, aterrizando en la región ahora conocida como Adiri, sorprendiéndonos al observar durante su descenso cauces de ríos y una línea de costa muy clara. Fue la primera vista de un mundo asombroso, y que todavía guarda innumerables secretos.
Vayamos por partes. Su atmósfera está formada en su mayoría por nitrógeno, acompañada por metano y otros gases exóticos, tales como el etano, acetileno, y otros hidrocarburos. La luminosidad en superficie es muy superior a la que existe en la Tierra los días de Luna llena (fuera de las ciudades naturalmente). La presión atmósférica es mayor incluso que la marciana, y posee nubes de metano. En realidad el metano cumple la misma tarea que el agua en la Tierra, es decir, llueve sobre Titán, erosiona la superficie, corre por ella y hasta se evapora, regresando a la atmósfera. Además, numerosas partículas orgánicas se forman en la atmósfera, convirtiendo ese entorno en una especie de laboratorio. La descomposición del metano atmosférico a causa de la luz ultravioleta solar es la causante del color anaranjado visto por las Voyager. Además, gracias a la cámara que equipaba Huygens se observó una persistente niebla que se despeja a 55 km. de la superficie. Observaciones de Cassini han sentado las bases de que en Titán existe un fenómeno de superrotación, como en Venus. Según la zona de la atmósfera en la que se encuentre, las nubes son más espesas o menos. Las más gruesas están en los polos, aunque alguna vez se han visto nubes gruesas y concentradas en las zonas ecuatoriales, y tras su paso, cambios significativos en la superficie. Titán posee estaciones, que duran lo que tarda Saturno en orbitar al Sol, es decir, 29'44 años.
Titán dista de Saturno 1.221.870 km. de media, y tarda 16 días tanto en rodear al señor de los anillos como en dar una vuelta sobre sí mismo. Está cerca de uno de los límites del campo magnético saturniano, y se encuentra permanentemente atacado por las partículas del viento solar que emite el Sol. Tal vez sea el responsable de la gran pérdida de átomos de nitrógeno detectada por Cassini. Su estructura interna, es similar a la de la luna joviana Calixto, al tener un interior sin núcleo, siendo sustituido por un interior formado por hielo y roca, desde los 500 km. de profundidad hasta el centro mismo del satélite.
En cuanto a la superficie, es particularmente lisa. Son pocas las zonas que sobresalen, pero la que es quizás más alta, rugosa y áspera es Xanadu. Situada en el ecuador, es una placa continental con montones de cañones, cauces secos y montes erosionados. Lejos de Xanadu hay inmensos campos de dunas, quizás formados por partículas de hidrocarburos congeladas. Huygens aterrizó en Adiri, en la desembocadura de un cauce seco, y está rodeada por miles de bloques de rocas de hielo e hidrocarburos, y bajo ella hay una capa congelada de hidrocarburos, como si fuera alquitrán solidificado. La arena también está formada por partículas congeladas de hidrocarburos. Los cálculos realizados que las reservas de éstos que hay en Titán superan en cientos de veces los depósitos naturales de petróleo y gas de la Tierra. Pocos son los cráteres que posee, muchos probablemente borrados por la erosión que reina allí. El más grande es Menrva (antes Circus Maximus), con un diámetro de 440 km. de diámetro, superando al Odiseo de Tetis como la segunda estructura circular más grande del sistema solar. Buena parte de los bordes del cráter se encuentran erosionados, por lo que es una cicatriz vieja. Sinlap, de 80 km., tiene pinta de ser más reciente, al mostrar perfectamente su forma, aunque es poco profundo. Antes incluso de la llegada de la misión, se sospechaba de la existencia de mares, de muy diversa forma. Unas decían que era una copia de la Tierra, otras, que era un mundo completamente líquido. La realidad es esta: Existen lagos en Titán, y éstos se concentran en los polos, es decir, donde las nubes son más espesas. Los más grandes hasta el momento están en el norte, siendo el Kraken Mare el mayor de todos (con un tamaño superior al del lago Superior terrestre). En el sur, está quizás el más activo, el Ontario Lacus, de 234 km. de largo. Durante los acercamientos, éste ha sido observado con asiduidad, descubriendo que ha bajado 1 metro su nivel, tal vez a causa de la evaporación.
Siguiendo con la superficie, ésta ha sido vista tanto por las cámaras ISS y VIMS (en infrarrojo) y por el SAR, y la diferencia entre un método y otro es bastante abismal. A pesar de que con el infrarrojo se revelan los accidentes más importantes y se obtienen visiones generales de la superficie de Titán, es el SAR el que nos despeja las dudas. Hay un punto bastante enigmático en cuanto a los procesos geológicos. Tras observar varias regiones a base de radar, se ha teorizado que en Titán existen criovolcanes (es decir, volcanes fríos, que expulsan agua mezclada con amoniaco, actuando de manera idéntica a la lava), y hay al menos tres candidatos (antes había cuatro, pero imágenes de radar han confirmado que no es más que una mesa en medio de un campo de dunas). Son Ganesa Macula, Sotra Facula y Hotei Arcus. El primero se puede interpretar como un monte con un cráter central, o como un cráter poco profundo. El segundo no cabe duda de que es una montaña, con dos conos volcánicos, y el tercero, una estructura inusual en forma de semicírculo, que resalta siempre en infrarrojo, que podría haberse formado por la acumulación de material expulsado por un criovolcán y concentrado en ese lugar. Las últimas teorías nos dicen que Titán es un mundo muerto geológicamente y, por lo tanto, los únicos actores de la modificación geológica son la erosión por viento y por precipitaciones de metano. Sin embargo se ha podido identificar una especie de tectónica de placas, sobre una capa de alguna clase de fluído. Es decir, podría si estar vivo geológicamente.
A pesar de todo lo que sabemos desde que Cassini y Huygens llegaron allí, aún hay muchos misterios. Por ejemplo, para sostener y renovar continuamente el ciclo de metano debería de existir una masa mayor que la que se puede ver en ambos polos. Se sospecha de que puede haber una fuente subterránea de metano, tras los datos enviados por Cassini tras los estudios de gravedad. Además, Huygens dectectó emisiones de emisión de ultrabaja frecuencia, indicativo de líquido subsuperficial. Otra cosa dificil de explicar es la inmensa concentración de hidrocarburos y elementos orgánicos en la atmósfera, ya que al no tener nada que los proteja se deberían haber descompuesto. La distribución de los lagos (muchos y muy grandes en el polo norte, pocos y pequeños en el sur) no se explica. Muchas estructuras superficiales aún están dentro del misterio a falta de un estudio geológico. Otro misterio a resolver es de dónde salen todas las partículas que conforman los campos de dunas del satélite (obviamente de la erosión, solo hace falta saber de qué zonas). También necesitan de un amplio estudio geológico inmensas zonas de terreno, que poseen formaciones no vistas hasta el momento, y otras que son difíciles de interpretar, incluso con el radar. Hay otros muchos, y en conjunto hacen que sigamos conociendo poco, a pesar de todo lo descubierto.
La misión de la Cassini acabará en el 2017, y tras los nuevos datos, se requieren nuevas explicaciones. Hay aspectos que a Cassini se le escapan, y desde ciertos sectores astronómicos se solicita a grito pelado una misión, ésta exclusiva a Titán, con módulo de órbita (También equipado con radar, pero con mayor sensibilidad) y varios módulos de superficie, incluyendo una especie de vehículo para recorrer los lagos de la región norte. El proyecto está de momento aparcado, obteniendo prioridad otros proyectos hacia satélites galileanos. Como suelen decir, cuestión de prioridades.
Titán es un mundo sorprendente, enigmático, curioso, mágico, único. No hay un solo sitio en el sistema solar que se le acerque, y además, uno de los primeros en los que investigar la generación de la vida. La pega es que está algo lejillos de aquí, además del fresquillo que corre por allá, y de la prohibición de encender cerillas. Pero si hay un solo sitio en el sistema solar en el que estar como en casa (o casi) ese es Titán.
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