Es el resumen. Si por algo dominará este 2022 es por un nombre: James Webb. Sí, se lanzó perfectamente
el año pasado, y a estas alturas, ya trabaja a todo gas. Fueron seis primeros meses
de inserción orbital, despliegues complejísimos, alineamientos, chequeos, revisiones…
Todo salió bien, para entregarnos su primera luz. Y por supuesto, no ha
decepcionado. Como comprenderéis, hasta ahora es difícil extraer resultados
espectaculares de él, su tarea no ha hecho más que comenzar, si bien los
primeros apuntes son de nota. Ya que estamos con telescopios espaciales, otro
con casi su misma edad ya entrega su promesa. La misión IXPE es todo un éxito, ayudándonos a revelar un aspecto hasta ahora
no muy conocido del cosmos. Mucha misión le queda. Ah, y en otro hito, tenemos
la imagen de nuestro agujero negro supermasivo. Como la del que hay en M87,
pero algo más… digamos, borrosa. Pero espectacular, sin duda. Otro aspecto que
domina este año es… la maldita guerra, que ni siquiera el espacio se ha
librado. Aquí, el caballo de batalla ha
sido la ISS. Con Rusia con un “si me voy, si me quedo” continuo, nunca ha
estado más en el alambre. Pero, todo hay que decirlo, ahora no sólo hay
astronautas de la NASA volando en las Soyuz,
también hay cosmonautas rusos haciéndolo en las naves de SpaceX. La guerra
también ha causado otras consecuencias: en la misión de rayos X Spektr-RG, el instrumento alemán eROSITA
fue apagado en febrero, la cooperación Rusia-ESA se ha suspendido,
imposibilitando el lanzamiento de ExoMars
2022 (la ESA está preparando una alternativa propia), los cohetes rusos
apenas se usan ya para lanzamientos comerciales… En fin, es la guerra. Como guerra
hay en Marte, donde hemos perdido dos de los guerreros. La misión de ISRO, MOM, desapareció tras un eclipse, para
no volver a escuchar nada de ella, mientras que el lander InSight nos ha dejado por falta de energía. Tenía los paneles
solares tan polvorientos, que no se ha podido hacer nada más por él. Pero lo
que nos ha dado, y seguirá dándonos, con sus datos archivados, es un regalo. En
cuanto a los que aún permanecen, algún que otro problema para MAVEN, observaciones interesantes del
resto, y en el suelo, Curiosity y Perseverance siguen con sus rutas. El
primero, ya con diez años rodando por Marte, tenía pensado hacer un desvío hacia el oeste, una región llamada
Greenheug Pediment, zona que ya visitó en otra de sus secciones. Sin embargo,
el terreno que encontró hubiera sido criminal para sus ruedas. Resultado: media
vuelta, y seguir el ascenso al Aeolis Mons por una ruta más suave. Y
taladrados, muchos, entre ellos el primero en el área rica en sulfatos. No muchos
más problemas ha tenido. Para el segundo, recorrer Jezero es casi como un rally
como el Dakar, con sus dunas. Ha adquirido más muestras (hubo problemas con el
sellado de un par de ellas), un poco de regolito, y paseado por la zona, antes
de adentrarse, ya el año que viene, en la región del delta. Pero antes, toca
depositar diez tubos de muestras en una localización cuidadosamente escogida. Es
una medida de seguridad con vistas al futuro, a la misión de recogida de
muestras que planean la ESA y la NASA de forma conjunta. Y, ¿qué decir de Ingenuity? Aún aguanta, para los que
dudáis. Ya ha acumulado más de una hora de vuelo, con casi ocho kilómetros
recorridos en el aire, contemplando parte del hardware de descenso y aterrizaje
descartado, por el camino. Sí, también ha tenido sus problemas, pero ya está
reprogramado para sortearlos, y para una mejor navegación. Ahora es el
explorador que prometía ser. No son los únicos por el sistema solar. Parker Solar Probe y Solar Orbiter continúan con sus misiones
sin apenas despeinarse, BepiColombo
practicó su segundo sobrevuelo a Mercurio en junio, OSIRIS-REx sigue en camino, y con misión extendida aprobada, Hayabusa2 continúa sin problemas, Juno ha visitado más satélites
galileanos (incluyendo un problemilla reciente), New Horizons está en hibernación, se ha hecho reparación de Voyager 1 en la distancia, Lucy practicó su sobrevuelo a la Tierra
sin problemas, si bien el panel solar no completamente desplegado sigue sin asegurarse
en su lugar, Y no busquéis a Psyche,
no se lanzó. Problemas de hardware y software han impedido su despegue este
año. Y hablando de lanzar, dos que dieron que hablar, como el, al fin, primer
vuelo normal de Starliner en mayo (el
siguiente de prueba, ya con tripulación, se ha fijado para abril del año que
viene), y el más importante, Artemis 1, con una prueba completa del gran cohete
SLS y la nave completa Orion, un vuelo prácticamente perfecto,
desde su despegue en noviembre y su amerizaje en diciembre. Ah, y para China,
grandes noticias, porque su estación espacial está completa, con los
lanzamientos de los otros dos módulos que la conforman. Y por si fuera poco,
primer reemplazo en órbita, al estilo de lo que se produce en la ISS. Ahora,
con sus más modernas instalaciones, la ciencia mundial se la rifa. ¿Volarán
astronautas de otros países allí? No descartemos nada. Año este de algunas
altas, varias de ellas importantes: todo un pelotón a la Luna (CAPSTONE, Danuri, LunaH-Map, Lunar IceCube, LunIR,
Argomoon, EQUULEUS, Lunar Flashlight, Hakuto-R1 y el rover Rashid), satélites meteorológicos como GOES-T, JPSS-2 y MTG-I1, de observación terrestre como el alemán EnMAP, el hidrológico y oceanográfico SWOT… y poco más. Alguno hemos perdido, de los lanzados este año, como NEAScout, OMOTENASHI, o un par de satélites Pleiades, y en la lista de bajas hay que añadir, a las marcianas ya mencionadas antes, más que previsiblemente, al satélite ICON, el sexto satélite de la constelación CYGNSS… y DART, que en un evento espectacular y con mayor éxito al esperado, colisionó con el asteroide Dimorphos, alterando su órbita alrededor de Didymos en más de media hora. ¿Y qué nos espera para el 2023? JUICE a Júpiter y sus satélites helados galileanos, Psyche a su asteroide, un par de misiones de ISRO a la Luna y el Sol, el observatorio europeo Euclid, otras misiones selenitas como Lunar Trailblazer o Luna 25, así como las del programa comercial de la NASA, el probable estreno de la nave Dream Chaser en su variante de carga, en el también estreno del nuevo lanzador Vulcan, más Mercurio, Marte dando la lata, OSIRIS-REx entregándonos su tesoro, y otras cosas de las que ahora no nos acordamos. Y no nos olvidemos de lo imprevisto. Pues nada, aquí estamos, e intentaremos estar aquí para contarlo.
Argomoon, EQUULEUS, Lunar Flashlight, Hakuto-R1 y el rover Rashid), satélites meteorológicos como GOES-T, JPSS-2 y MTG-I1, de observación terrestre como el alemán EnMAP, el hidrológico y oceanográfico SWOT… y poco más. Alguno hemos perdido, de los lanzados este año, como NEAScout, OMOTENASHI, o un par de satélites Pleiades, y en la lista de bajas hay que añadir, a las marcianas ya mencionadas antes, más que previsiblemente, al satélite ICON, el sexto satélite de la constelación CYGNSS… y DART, que en un evento espectacular y con mayor éxito al esperado, colisionó con el asteroide Dimorphos, alterando su órbita alrededor de Didymos en más de media hora. ¿Y qué nos espera para el 2023? JUICE a Júpiter y sus satélites helados galileanos, Psyche a su asteroide, un par de misiones de ISRO a la Luna y el Sol, el observatorio europeo Euclid, otras misiones selenitas como Lunar Trailblazer o Luna 25, así como las del programa comercial de la NASA, el probable estreno de la nave Dream Chaser en su variante de carga, en el también estreno del nuevo lanzador Vulcan, más Mercurio, Marte dando la lata, OSIRIS-REx entregándonos su tesoro, y otras cosas de las que ahora no nos acordamos. Y no nos olvidemos de lo imprevisto. Pues nada, aquí estamos, e intentaremos estar aquí para contarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario