Phoenix, un tributo

lunes, 24 de enero de 2011

Mariscal de Marte

Eran las 6:05 de la mañana del 24 de enero del 2004 cuando se recibió la primera transmisión de Opportunity desde el escaso fondo del cráter Eagle, allá en las tierras de Meridiani. Su misión, iba a durar apenas 90 soles, o días marcianos, o lo que es decir, apenas tres meses. Sin embargo, hoy, en el sol 2489 de su estancia marciana, ya ha cumplido la formidable cifra de 7 años, tras más de 26 km. recorridos, 3 cráteres investigados desde dentro, y lo más importante ha hallado pruebas irrefutables de existencia de agua líquida en Marte en tiempos pasados.

En mayo del año pasado superó la hasta el momento insuperable cifra de 6 años y 116 días de Viking 1. Ahora es él el que fijará la fecha a superar. La verdad es que cuando comenzó su misión, nadie imaginaba que Opportunity o su gemelo Spirit (del que no sabemos nada desde marzo del año pasado) funcionaran tantísimo, sobre todo por el crudo clima marciano que se llevó por delante a Mars Pathfinder tras 86 soles de actividad en el verano de 1997. Es el Sol el que le da la energía a Opportunity, y en muchos casos ha sido Marte la que ha evitado funcionar durante breves plazos de tiempo. Pero ahí sigue, rodando hacia otro cráter, mayor que los tres visitados anteriormente juntos, aunque de vez en cuando, como ahora, merece algún descanso.

Cuando aterrizó, lo primero que se pensó fue que cómo iban a sacar al vehículo del cráter Eagle, pero estuvo en él los tres primeros meses de misión. La aparición, en los bordes del agujero, del mismo suelo marciano, sin cubrir por el talco marciano (la arena marciana es más fina que los polvos de talco, la partícula más pequeña conocida) permitió por primera vez analizarlo y verlo muy de cerca, encontrando los "arándanos", o mejor dicho, unas bolitas de arena compactada. Análisis en profundidad nos permitieron descubrir minerales que han sido modificados por agua abundante en los primeros tiempos del planeta. Luego le tocó salir, y apenas abandonado el Eagle (también llamado estación memorial Challenger) encontró su primer meteorito. Era la primera vez que se encontraba un meteorito en un planeta que no era la Tierra, y su hallazgo llenó de entusiasmo a sus controladores. Luego, camino de otro cráter, el Endurance, más grande y más profundo, al cual llegó tras un mes de travesía. Tras investigarlo por fuera, y sobre todo por dentro (pasó en su interior seis meses), donde halló confirmación de lo encontrado en Eagle. Entonces de movió al lugar donde había caido parte de la cápsula de descenso. Entonces inició el camino a su tercer cráter, el Victoria, al cual tardó en llegar un año y diez meses, tras recorrer seis kilómetros.

2005 y casi todo el 2006 fueron años de movimientos contínuos entre las dunas que más que otra cosa recuerdan a los suelos de los fondos marinos a escasa profundidad, aunque en algún caso le tocó atravesarlas, quedándose atrapado durante casi un mes en una de ellas. También visitó cráteres, más pequeños, más desgastados, como Erebus, hasta que al fin en octubre del 2006 llegó al espectacular cráter Victoria. Nada más llegar vio un lugar prometedor para entrar en él, el posteriormente llamado "bahía del Pato". Se empezó a revisar el borde de tan tremendo agujero, recorriendo una porción en el sentido de las agujas del reloj. Una vez revisadas las imágenes de Opportunity, y las que transmitía la potentísima MRO desde la órbita, se decidió introducir al todoterreno por la "bahía del Pato", y en el verano del 2007, cuando estaba a punto de entrar, una salvaje tormenta de polvo se abatió sobre el planeta, y durante algo más de un mes y medio las actividades de superficie fueron reducidas al mínimo. Pero la tormenta amainó, y ambos vehículos habían sobrevivido.

El problema principal al que se enfrenta cualquier vehículo que va a la superficie de Marte y funciona con energía solar es que el talco marciano se pose en sus paneles solares, reduciendo así la eficacia de éstos, y, por supuesto, no tienen nada con qué limpiarlos. Por suerte el planeta proporcionó sus servicios. Desde que ambos llegaron, han sido capaces de ver, y sobre todo sentir, remolinos de polvo que se generan. Tanto Spirit como Opportunity se han beneficiado de estas limpiezas, al pasarles por encima esos remolinos, quitando el polvo de los paneles solares. Tras la inmensa tormenta de polvo del 2007, estos remolinos se hicieron más importantes que nunca.

Una vez superada esa contrariedad, por fin entró en el cráter Victoria, y en él estuvo hasta agosto del 2008. Por supuesto, se reconfirmó lo de los estratos de terreno modificados por agua, y al ser éste un cráter aun más profundo, estratos muy antiguos fueron analizados. La verdad es que fue apasionante. Entonces, decidieron sacarlo de allí, y hacer que recorriera más de 12 km. para que llegue a su nuevo destino: El cráter Endeavour, un cráter de 22 km. al sur de Victoria, y que puede ser otro lugar fascinante para aprender más sobre la historia del planeta. Y en eso estamos, tras ya haber recorrido más de la mitad de la distancia, tras varios desvíos imprevistos para evitar quedarse atrapado, en un trayecto de 19 km., al final. Y la suerte quiso que durante la ruta hacia Endeavour encontrara dos nuevos meteoritos, uno de ellos, el llamado posteriormente Block Island, es el más grande de los tres hallados, alcanzando un peso de casi 500 kg. Un peñasco bastante respetable.

Ahora está parado en el borde del cráter Santa María, produciendo 555 Watios a la hora, una cifra decente. Y en este cráter va a estar varias semanas parado, no por motivos mecánicos, ni porque el clima de Marte le imposibilite el funcionar. Lo que ocurre es que dentro de poco habrá una conjunción solar con Marte, es decir, que el Sol se interpondrá en el camino de comunicación entre la Tierra y el planeta rojo, un período que durará desde el 27 de este mes hasta el 11 de febrero. A tal efecto se le han enviado órdenes de realizar pequeñas actividades científicas, tomar imágenes, y sobre todo ningún movimiento. Estando en el escarpado borde de un cráter de 80 metros de diámetro y al menos 10 de profundidad, un paso en falso provocaría que cayera en él, y no es algo que se desee. Tras esto, volverá a la ruta hacia Endeavour, ya al fondo, del que ingoramos la distancia a la que se encuentra actualmente, aunque esperamos que a lo largo de este año ya lo alcance. Bueno, no solo Opportunity ha recibido órdenes para este plazo de tiempo sin comunicación, ya que las de órbita también han sido preparados para pasar estos días. No os preocupéis, ésto es habitual.

Hoy comienza su octavo año de funcionamiento continuado, ha sobrevivido a la sonda Phoenix, que estuvo funcionando durante 5 meses en el año 2007, y quién sabe, tal vez sobreviva lo suficiente como para que en el verano del 2012 le de la bienvenida a Curiosity. Tal y como van las cosas seguro que lo hará. Pero en fin, muchas cosas tienen que pasar, y ojalá nos depare nuevas sorpresas este año, y quzás el año que viene.

No es más que un deseo pero, ¿os apostáis a que cuando Curiosity llegue a Marte (si llega, cualquiera sabe) todavía habrá por ahí un tal Opportunity rodando por las tierras de Meridiani?

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