Tras pasar a 220 km. de altura de Mercurio, a la Messenger solo le queda entrar en órbita. El día 30 de septiembre nuestra mensajera terrestre regresó al primer planeta por tercera vez para preparar su maniobra final, que, eso si, sucederá el 18 de marzo del 2011, o lo que es decir, en 515 días. El sobrevuelo fue impecable, salvo por una pequeña pega: tras pasar por la zona de sombra del planeta, y por lo tanto, fuera de nuestra vista, la sonda entró en modo seguro, por razones que todavía no se saben. Por lo tanto no hubo la exploración de después del acercamiento, pero aún así, tenemos cosas interesantes, y sobre todo, nuevas tierras observadas, durante la fase de aproximación. Nuevos cráteres, escarpados, tierras llanas, etc. Poco nuevo queda por observar del planeta, pero cuando entre en órbita y empiece por fin su misión tendremos una mejor vista de Mercurio por completo. La lástima es que queda taaaaaaanto tiempo todavía, que la espera se nos va a hacer larga. Pero llegará, dadlo por seguro. Y sobre todo, estaremos aquí para relatarlo.
Más de treinta años tuvimos que esperar para que una nueva sonda se atreviera a acercarse a tan hostil zona del sistema solar. No es fácil llegar, y aún más difícil es mantenerse, y no digamos el funcionar. A tal efecto, esta magnífica sonda porta un escudo a modo de sombrilla para protegerse del fuerte calor y de la luz del Sol que es tan fuerte que quemaría los instrumentos de a bordo.
Pero ella no fue la primera en aventurarse tan lejos de nosotros pero tan cerca del Sol. Ese fue el honor de Mariner 10, que también se acercó tres veces a Mercurio entre 1974 y 1975. Consiguió casi la mitad de la cartografía del planeta, y lo más importante fue que le descubrió un campo magnético lo bastante fuerte como para protegerle en la medida de lo posible de la radiación solar. Muchas de las precauciones tomadas con Mariner 10 también han sido tomadas para la MESSENGER, y se han comprobado como eficaces.
Mercurio es un planeta hostil, achicharrante durante el día (420º C) y helador de noche (-180º C), con un período de órbita alrededor del Sol de 88 días, y su día dura 58.7 días, aunque hay zonas que durante 176 días no ven la luz de Helios. Además, su órbita está 7º inclinada, la que más si nos olvidamos de Plutón. Su superficie es muy parecida en un primer golpe de vista a nuestra Luna, pero es muy diferente, ya que no tiene los mares que poblan la cara que vemos de Selene. Su lugar más característico es la cuenca de impacto Caloris, algo más que un cráter, de 1550 km. de diámetro, y el nombre le va que ni al pelo porque hay zonas que siempre están iluminadas. Y se sospecha que hay zonas de oscuridad perpétua, en las que podría haber hielo de agua. Un instrumento de MESSENGER intentará buscarla. Y a modo de curiosidad, existen dos satélites en el sistema solar (Ganímedes en Júpiter y Titán en Saturno) que son más grandes que Mercurio, y un tercero (Calixto en Júpiter) que es casi idéntico en diámetro. Las cosas que tiene el sistema solar.
Un año y seis meses son los que quedan para que MESSENGER entre en órbita de tan curioso y bello lugar del sistema solar. Llevamos esperando desde el año 2004, y por suerte está cada vez más cerca. La de sorpresas que nos esperan. No desfallezcáis, estaremos para contarlas
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